¿Cómo funciona la competitividad en materia de economía?
Mi equipo de fútbol aspira a estar entre los primeros de la clasificación. Evidentemente, suelo alegrarme cuando gana. Pero no sólo eso; además, espero que los otros equipos del campeonato pierdan o empaten sus respectivos partidos.
Me pregunto si, cuando un país aspira a estar entre los más ricos del mundo, también necesita que a los otros les vaya peor. Supongo que sí, que esta será la otra cara de la moneda.
Para celebrar desgracias (económicas) de naciones extranjeras o para estar de acuerdo con decisiones políticas que frenan el desarrollo de esos países, ¿no habría que hacer un ejercicio demasiado grande de falta de empatía? Al fin y al cabo, en otros países viven personas, como nosotros… ¿O hay que mirar para otro lado y hacerse el tonto para no sufrir?
Daniel González
Psicólogo en Sevilla especialista en Psicología Clínica y Psicoterapia