El Real decreto 463/2020, de 14 de marzo por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 establece en su Artículo 7 la «limitación de la libertad de circulación de las personas» mientras esté vigente dicho estado de alarma. Esta disposición obliga a una gran parte de la ciudadanía a permanecer en sus domicilios hasta nueva orden: en principio, dos semanas, aunque el gobierno anunció inmediatamente su probable ampliación.
Ante las lógicas dudas que surgen sobre cómo afrontar la confinación durante el estado de alarma, quiero dejarles aquí una serie de pautas que nos propone el psicólogo Atle Dyregrov, de la Universidad noruega de Bergen:
- Recuerde que está prestando un servicio a la sociedad.
Quedarse en casa es una acción altruista que demuestra una gran responsabilidad social. Con ella, contribuye a evitar la transmisión del virus y a reducir la probabilidad de que otras personas enfermen.
- Manténgase activo, establezca rutinas.
En situaciones de incertidumbre, es conveniente mantener una rutina con actividades programadas. Conviene practicar algo de ejercicio, no descuidar la higiene personal, respetar los horarios de las comidas, etc.
Estructurando la jornada conseguiremos aumentar la estabilidad y sentirnos más seguros, con lo que disminuiremos la sensación de impotencia derivada de tanta imprevisibilidad.
- El contacto social es una actividad importante.
Las redes sociales nos permiten conversar y ver a otras personas por videollamada, lo que nos ayuda a no sentirnos solos. Esta es otra de las actividades que podemos incluir en la agenda diaria.
- Con actualizar las noticias de vez en cuando puede ser suficiente.
Si evitamos estar comprobando constantemente las últimas noticias sobe el coronavirus, mantendremos la calma con más facilidad. Con una vez al día puede ser suficiente y, por supuesto, de una fuente fiable.
- Controle sus preocupaciones.
En esta situación atípica que estamos viviendo es normal preocuparse por si se está infectado. Cuando la preocupación interfiere en el día a día, abarcando gran parte del tiempo, conviene tratar de controlar estos pensamientos. Atle Dyregrov nos recuerda que el estado de confusión y nerviosismo se reduce distrayéndonos con películas y series, videojuegos y pasatiempos, o hablando con otras personas por FaceTime, whatsapp, skype, etc, tratando de que el coronavirus no sea el tema central de la conversación.
Así mismo, si nos sigue costando controlar las preocupaciones, nos recomienda dedicar 10-20 minutos – a ser posible lejos de la hora de dormir- y sólo esos 10-20 minutos diarios, a preocuparse todo lo que se quiera sobre el coronavirus, por la posibilidad de estar contagiado, etc. Y, si surge algún pensamiento al respecto fuera del tiempo programado para esto, decirse a sí mismo sin enojo: «En esto pensaré durante el tiempo dedicado a las preocupaciones, ahora estoy en otra cosa».
Para conocer más sobre esta estrategia le remito a ¿Cómo controlar la ansiedad ante la incertidumbre?
Espero que estas recomendaciones le resulten de utilidad.
Fuente: https://krisepsykologi.no/how-to-cope-with-quarantine-isolation/
Daniel González
Psicólogo en Sevilla especialista en Psicología Clínica y Psicoterapia