Una de las sensaciones más dolorosas para un padre separado es sentir que sus hijos no lo quieren.
También para los hijos es muy duro sentir que su padre se ha distanciado de ellos después de la separación matrimonial.
Pero más penoso aún es ver cómo, existiendo un deseo de reencuentro por ambas partes, el sufrimiento se agrava ante la imposibilidad de lograrlo.
¿Puedo conseguir que mi hijo vuelva a quererme?
Ante todo me gustaría aclararle que los niños que yo he atendido en consulta no habían dejado de querer a sus padres en ningún momento. No era esa la cuestión. Más bien, lo que predominaba en ellos era el sentimiento de decepción, generalmente acompañado de rabia y tristeza, pero en ninguno había desaparecido el amor al padre.
¿Por qué se muestra tan distante?
La separación matrimonial es un varapalo que afecta a los adultos que deciden romper la relación pero que, a su vez, repercute inevitablemente en los demás miembros de la familia y, muy especialmente, en los hijos.
No podemos perder de vista que, a menudo, en el momento de la separación los hijos son pequeños, y que nunca son los responsables de la decisión que han tomado sus padres.
Tenga en cuenta que, aunque los menores pueden entender con la cabeza lo sucedido, incluso saber que la separación de los padres ha podido ser lo mejor para todos, lo que realmente se impone en ellos es el sentimiento de pérdida irreparable, la convicción de que sus padres no estarán juntos nunca más, la certeza de que ha dejado de existir esa familia ideal en la que habían crecido. Y esa pérdida, además de irreparable, es bastante dolorosa.
Todo esto, aunque dependiendo de las circunstancias, puede dañar el vínculo padre-hijo y producir cierta distancia emocional entre ambos. Esta distancia suele acrecentarse cuando el padre se ha marchado de casa y, más aún, si está creando una nueva familia. También es posible que, en este periodo de cambio, el padre esté muy atareado con el nuevo proyecto y disponga de poco tiempo para atender a su hijo como desearía.
¿Cómo puedo conseguir que mi hijo se acerque a mí?
Una actitud frecuente de algunos padres que fracasan en este propósito es la de esperar que sus hijos actúen con ellos igual que antes de la separación, como si nada relevante hubiera ocurrido. ¡Justamente lo contrario de lo que los hijos necesitan!
Según mi experiencia profesional, un niño en esta situación lo que desea es que el padre se esfuerce en construir de nuevo la relación con él.
Construir, reconstruir, reparar el vínculo dañado. Como queramos llamarlo.
Sólo así, desde la construcción, es posible lograr algo.
Y esta es la palabra clave he querido resaltar aquí: construir.
¿Cómo se construye?
El padre que sí logra recuperar la relación con su hijo, normalmente ha procurado llevar la iniciativa, sin dejar la responsabilidad del reencuentro en manos de él. Aunque haya estado dolido con algún desplante del hijo, en lugar de ponerse a su altura, se ha mostrado tolerante, pero sin renunciar a su autoridad de padre; le ha permitido la expresión de emociones contrapuestas; ha creado espacios para que resurja el entusiasmo; le ha demostrado con gestos auténticos que su hijo sigue teniendo un lugar importante para él. Construye.
Por eso, si usted está realmente interesado en recuperar la relación con alguno de sus hijos y no sabe cómo afrontar este proceso de construcción, sería importante que se planteara la posibilidad de consultar a algún especialista en Psicología Clínica para hablar de esta dificultad.
Permítame decirle desde mi experiencia que, tomando este tipo de asuntos a la ligera, está corriendo el riesgo de perder irremediablemente a su hijo.
No olvide que su relación con él es única, por lo que será difícil que pueda profundizar en la manera de construir ese vínculo concreto siguiendo unos consejos generales.
Si, por el contrario, piensa que le puedo ayudar, no dude en consultarme: el motivo lo merece. Más no puedo decirle por aquí. Recuerde que todavía no sé nada de usted. Primero tengo que escucharle.
Daniel González
Psicólogo en Sevilla especialista en Psicología Clínica y Psicoterapia