Tu sueño es llegar a la élite, ser deportista profesional, pero piensas que tú no llegarás, que eso está reservado para unos pocos y que no merece la pena seguir soñando.
¿Eso crees? ¿Estás seguro? ¿Ya te has descartado? Si objetivamente reúnes condiciones físicas y técnicas, pero piensas que no está a tu alcance ser deportista profesional, ¿no crees que tu cabeza está jugando en contra de ti? ¿Cómo sabes que, en igualdad de condiciones, tú no llegarás y otros sí? Los deportistas que han llegado son de carne y hueso, como tú. ¿Qué excusas te pones? Puede que te dé miedo creértelo, esto es bastante habitual.
Las excusas y los miedos te apartan del camino, no suelen ser buenos consejeros.
Cuando te pregunto cuánto de comprometido estás con tu sueño, espero una respuesta reflexionada sobre si tu actitud ante el deporte está a la altura de tu sueño o no. Soñar soñamos todos, pero no todos se comprometen con lo que sueñan. El compromiso se traduce en acciones, en un modo de afrontar la vida que nos acerque a aquello que soñamos.
¿Entrenas cada día para mejorar tu forma física? ¿Cuidas tu cuerpo para que pueda rendir al máximo? ¿Cómo te relacionas con tus compañeros y entrenadores?
¿Te acerca tu estilo de vida y tu conducta al deportista que quieres ser
Todo esto suma para que des tu mejor versión como deportista. Dejar estos temas a un lado, como si fueran secundarios, es restarte oportunidades que otros aprovecharán, porque, como tú bien sabes, la competencia es dura.
Tomarte en serio el entrenamiento mental te ayudará a que la cabeza juegue a tu favor y que sigas creciendo como deportista.
Daniel González