La esquizofrenia es el más frecuente de los trastornos psicóticos. A su vez engloba varios subtipos: simple, hebefrénica, paranoide, catatónica.
Lo que caracteriza a todos ellos es la pérdida del contacto con la realidad, así como la presencia de alteraciones en las distintas áreas: pensamiento, afectividad, percepción, voluntad, conducta.
Los síntomas más frecuentes son: delirios, alucinaciones, desorganización conductual y/o del lenguaje. También podemos encontrar: catatonia, aplanamiento afectivo, aislamiento social, dificultades con el pensamiento abstracto, déficit motivacional, creencias extravagantes, deterioro en al autocuidado.
Las consecuencias de la esquizofrenia sobre las personas que la padecen son importantes: una ruptura en su vida, grandes dificultades para afrontar las demandas diarias, con un deterioro considerable de su calidad de vida.
Lo más característico de cada subtipo es:
- Simple: pobre respuesta emocional.
- Hebefrénica: desorganización conductual, del pensamiento y del lenguaje.
- Paranoide: delirios y alucinaciones.
- Catatónica: alteraciones psicomotrices, tales como la flexibilidad cérea, el estupor, los manierismos, las estereotipias y el negativismo.