La tristeza y la alegría las podemos considerar dentro de los rangos normales cuando son reactivas y adecuadas al estímulo que las origina, tienen una duración breve y no repercuten notablemente en las áreas social, laboral o somática de las personas.
Los trastornos del estado de ánimo se caracterizan principalmente por una alteración de la afectividad no justificada por las circunstancias externas.
Los dividimos en tres grupos: